Los animales menos pensados
Un equipo del CONICET crea conciencia sobre la importancia de conocer y proteger a los invertebrados marinos.

Cholgas, almejas, mejillones, estrellas de mar y caracoles son sólo algunas de las especies que conforman la vasta fauna que habita el fondo marino y la costa de la Patagonia. El ProyectoSubes un colectivo de científicos formados en el Centro Nacional Patagónico (CENPAT- CONICET) que a través de charlas a buzos y alumnos de escuelas y de diferentes estrategias busca conservar y poner en agenda a estos animales.

“En un principio buscamos que los buzos que se sumergen en los parques subacuáticos conozcan la biología de los invertebrados marinos que son imprescindibles en el ecosistema. Forman parte de las tramas tróficas y son muy frágiles. Un pequeño golpe con el tanque de aire o con las aletas es suficiente para lastimarlos o matarlos”, cuenta Gregorio Bigatti, investigador independiente del CONICET y uno de los fundadores del Proyecto, junto a los investigadores asistentes Federico Márquez y Martín Brogger. Para los tres creadores, el ProyectoSub es una iniciativa de divulgación científica que desde el año 2007 tiene como objetivo promover la vinculación entre científicos y practicantes del submarinismo, tanto recreativo como turístico.

Difundir saberes acerca de estos animales requiere un dialogo permanente entre científicos y buzos.

“La mejor estrategia de conservación no es apuntar al cuidado de una especie en particular sino de todo el ecosistema. Hay un fuerte impacto en las faunas de los lugares turísticos debido a actividades humanas. En las zonas donde hay mayor concentración de personas hay una menor cobertura animal que en las zonas menos visitadas. Años atrás en la costa atlántica bonaerense, por ejemplo, los turistas llenaban bolsas de berberechos y almejas. En la actualidad es muy difícil encontrarlos”, afirma Bigatti.

Uno de los puntos fuertes del proyecto son las actividades de divulgación que sus integrantes realizan en los colegios de toda la región.

“Para ayudar a proteger a una fauna tan vasta, necesitábamos que toda la gente tome conciencia y por eso empezamos a ir a las escuelas. Es importante que los chicos de la Patagonia conozcan a todos los animales de la región y aprendan a cuidarlos”, agrega.

De todos modos las charlas son la punta del ovillo en la gran lista de actividades desarrolladas por el ProyectoSub para la conservación de los invertebrados marinos de la región, y que habitan los más de cinco mil kilómetros de costa argentina.

Bigatti asegura que “desde que iniciamos el proyecto en 2007 pudimos poner en agenda a los invertebrados marinos, animales históricamente ignorados en la zona. Empezamos con la elaboración de posters, de documentales emitidos por varios programas de televisión, material fotográfico, nuestro propio sitio web y a través de las charlas que damos en los colegios”.

Para Federico Márquez, “a través de todos estos soportes podemos poner en valor el componente estético de estos organismos y compartirlo con la sociedad y dar a conocer animales con características muy particulares y sorprendentes”.

Proyecto Sub itinerante

Los logos del proyecto en las puertas e imágenes de invertebrados marinos decoran un auto familiar marrón que recorre en la actualidad las rutas sudamericanas. El objetivo: difundir el mensaje y aprender de otras experiencias.

“Como parte de las actividades propuestas para la divulgación científica surge ProyectoSubitinerante, un viaje de un año a través de las costas Pacífica y Atlántica. Recorre los principales sitios de buceo para dar a conocer la flora y fauna marina patagónica y destacar el rol que cumplen los invertebrados marinos en estos ambientes. Además es una oportunidad para fomentar el turismo submarino sostenible e investigar la aplicación de buenas prácticas en los países visitados y tomar ejemplos que podrían servir para aplicar en nuestra zona”, explica Brogger.

Según Márquez, la idea de viajar nace a partir de una tesis de licenciatura en Ciencias Biológicas, financiada por el ProyectoSub, realizada en el CENPAT-CONICET, y dirigida por Bigatti y Márquez, profesores de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB). La tesis realizada por Gonzalo Bravo estudió el impacto crónico que sufre la fauna subacuática en las áreas de buceo de Puerto Madryn. Luego de realizar la tesis Gonzalo y su compañera Ariadna Nocera, también bióloga, quisieron saber qué pasaba en otros lugares del mundo y el gusto por recorrer y divulgar de los científicos los colocó a bordo del viejo automóvil familiar argentino.

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